Cuidado con las indirectas -Por Heber Reyes-

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Por: Heber Reyes

 

Cuidado con las indirectas

Desde hace un tiempo he venido
observando, como muchas personas pierden su tiempo por las redes sociales u otros medios de comunicación, haciendo uso de las indirectas. Alguien podrá preguntarse: ¿Qué es una directa?
En un lenguaje llano podemos decir, que las indirectas no son mas que las palabras que decimos o escribimos para referirnos a alguien o algo, sin hacer uso directo de un nombre, sin señalar a quien o quienes nos referimos.

¿Estas de acuerdo con las personas utilizan las indirectas? ¡Por supuesto que no!

Las indirectas representan una falta de responsabilidad en nuestras acciones, simplemente, porque las mismas no siempre son ciertas, y aun si lo fueran, las personas tenemos que utilizar métodos éticos y responsables para decir las cosas.
Las personas que se acostumbran a hacer uso de las indirectas, demuestran cobardía e irresponsabilidad ante los demás, ya que, las personas a diferencia de los animales, podemos pensar y razonar, sin tener que llegar a decir cosas que pudieran dañar o herir la imagen de alguien, por el simple hecho de no querer dar la cara, o porque a lo mejor, no se siente seguro de lo que se afirma o lo que se inventa.

Algunas personas, ignoran que las indirectas es un reflejo de lo que pensamos y lo que decimos, y al mismo tiempo, son las que hacen que otras personas se alejen de nuestras vidas, porque, la imagen que nos hacen proyectar, es la imagen de un «chismoso» o una persona despreciable ante los ojos de los demás, y que al final, ese el objetivo que se busca: «¡Dañar una imagen o crear un ruido!» .

Las indirectas mal sanas, hablan de la persona misma que las utiliza, de sus carencias y debilidades, de su ego y su envidia, pero, también revela de quien verdaderamente nos tenemos que cuidar.

Hoy, tenemos muchos temas que podríamos abordar, sin tener que calumniar o difamar y sin hacer uso de las indirectas, porque, convivimos con muchas personas a quienes les aportamos cosas sanas cada día y que creen en nosotros a ojos cerrados, única y sencillamente, porque les compartimos nuestra felicidad y porque en los momentos difíciles de ellos, han encontrado la mano amiga y solidaria, sin tener que dañar o impedir que otros sean felices.

¡No perdamos nuestro tiempo hablando mal de los demás tirando indirectas! «Hable de su familia y del amor a su trabajo, de sus buenos amigos, de planes futuros, de su deporte favorito, de su carrera universitaria, de su país y sus playas, de su comida favorita, de sus días de campo o del profesor que más impactó su vida, y por supuesto: ¡Hable de Dios en su vida!, etc…»

Finalmente, al hacer uso de las indirectas, piensemos que estamos hablando de nosotros mismos, que nos estamos viendo en nuestro propio espejo y que la sombra que nos persigue, es nuestra propia sombra. Las indirectas es nuestra propia identidad y carta de presentación, no importa cómo nos mostremos o qué tratemos aparentar.

Nota: «No olvidemos que somos esclavos de lo que decimos, hacemos y pensamos.

Observación:» Si por casualidad alguien no está de acuerdo con lo planteado en este artículo, no lo tome personal y pase a la página siguiente de su vida, haciendo un mal uso de las indirectas, porque al final; todos somos arquitectos de nuestras vidas y nuestro destino».

Recuerda: «Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así la lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo, é inflama la rueda de la creación, y es inflamada del infierno». Santiago 3:6

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