¿Es correcto cerrar con la mujer al final de la mesa o línea de honor?

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¿Es correcto cerrar con la mujer al final de la mesa o línea de honor?

Por: Heber Reyes

En materia de protocolo, el orden de precedencia en una mesa o línea honor, existe una gran confusión con respecto al lugar que debe ocupar la mujer, ya que, para algunos expertos en el tema, entienden que la mujer no debe cerrar o quedar al final de la mesa. ¿Será eso cierto?

Lo más relevante es que, todavía muchas personas que tienen funciones protocolares, continúan confundidas al momento de ordenar la precedencia en una mesa o hasta en una línea de honor. Y si esa confusión la tienen esas personas que trabajan en áreas del protocolo, ¿se imagina aquellas personas que ignoran este tema?

Algunas personas entienden que la mujer no debe quedar en la esquina de una mesa o línea de honor, porque, si en las en las mismas hay posiciones ocupadas por hombres, ellos son los que están obligados a ceder y quedar al final, ya que, por razones éticas y porque se presume que es un gesto de caballero, el hombre es quien debe dar el primer paso y no permitir que una mujer quede en uno o en ambos extremos de la mesa o línea de honor.

Si nos llevamos de este simple ejemplo, todo parece indicar que esa es una justificación válida y que en todo momento, el hombre debe ceder y no dejar bajo ninguna circunstancia que la mujer sea colocada al final de una mesa. Sin embargo; debo explicarles que esta versión es una teoría muerta y sin sentido lógico. ¿Cómo así?

De acuerdo al protocolo Estado, el orden de precedencia no tiene que ver con esta teoría de sentimientos, ya que, el protocolo ordena y organiza las precedencias conforme a las jerarquías, cargos y rangos que ostenten las personas, sin importar que las mismas la obtenga el hombre o la mujer.

Veamos el siguiente ejemplo:

En una mesa de o línea de honor con autoridades de ambos sexos, siempre el protocolo tomará en cuenta las jerarquías y el principio de la naturaleza del acto, o sea; si en esa mesa el anfitrión está colocado en el centro métrico o centro doble, en cualquiera de los dos casos, al momento de organizar, se tomará como referencia el punto central, y se iniciará el orden de precedencia alternada de derecha a izquierda. Lo que significa que, en ese sorteo de colocación, y de acuerdo a los rangos de las autoridades, cada quien ocupará el lugar que le corresponde, sin que esa autoridad le tenga que pasar por encima a la otra autoridad. En ese sentido, tanto el hombre como la mujer puede quedar en cualquiera de los extremos.

Pero, ¿y en cuáles casos la mujer no debe quedar en los extremos de la mesa?

1. Por lo general, cuando no haya autoridades que ostenten cargos, rangos o jerarquías.

2. Cuando el principio de la naturaleza del acto así lo determine.

3. Cuando sea la voluntad del anfitrión.

4. Cuando un hombre le otorgue la cortesía y no permita que la mujer quede en uno de los extremos.

Como todos las casos tienen una explicación en esta vida, así también los temas protocolares tienen su explicación, y resultan siempre interesantes, porque en materia de protocolo todo guarda un orden que contrarresta el desorden, el caos y los malos entendidos, sobre todo, cuando no se tiene el conocimiento, mucho menos la experiencia.

Finalmente; las jerarquías en la mesa o en una línea de honor, siempre ocuparán los primeros lugares, sin importar el género de las personas que trabajan en las distintas instituciones públicas o privadas.

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