Estimado Señor Presidente Luis Abinader y autoridades del Ministerio de Educación:
Asunto: La seguridad de nuestros niños y jóvenes: un llamado urgente
Mi nombre es Leyton Mejía, ciudadano venezolano que ama esta tierra como si fuera suya, y que teme por la vida de los que serán el futuro de nuestro país.
Esta semana que casi finaliza, la lluvia cayó con fuerza sobre nuestro suelo, y muchas provincias, incluyendo el Distrito Nacional y Santo Domingo, fueron declaradas en alerta roja, debido a la tormenta tropical, y luego huracán Melissa. Esa medida de precaución salvó vidas, y por eso debemos agradecerla.
Pero hoy, cuando la lluvia ha cesado y el sol vuelve a asomarse, el peligro no se ha ido. Cada gota que penetró paredes, techos y suelos puede esconder el peso de un desastre silencioso. Las escuelas y colegios, donde nuestros niños y jóvenes depositan su ilusión y esperanza, podrían convertirse en trampas mortales si el agua acumulada y los vicios de construcción siguen haciendo su daño en silencio.
Imaginemos por un instante: un aula llena de risas, sueños y voces que crecen… y de repente, un muro cede. Un techo se desploma. La esperanza se rompe. Cada niño es un tesoro, cada joven es un futuro que no podemos perder.
Por eso les suplico, desde lo más profundo del corazón: no abran las puertas de las escuelas hasta que expertos hayan recorrido cada pared, cada aula, cada rincón donde la lluvia pudo haber dejado su marca. Que ningún hijo de este país corra el riesgo de perder la vida por una negligencia que puede prevenirse.
Hago este llamado no solo como ciudadano, sino como alguien que ama a este país y a sus hijos. Que la seguridad y la vida sean siempre prioridad sobre cualquier calendario o rutina. Que nuestras escuelas sean templos de aprendizaje, no de peligro.
Gracias por escuchar este llamado que nace de la preocupación más pura y del amor más profundo por quienes son el futuro de la República Dominicana.
Con respeto y esperanza,
Leyton Mejía
Periodista
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